La nueva vida de este hotel en la costa cercano a Sanxenxo

El estudio de arquitectura Paco Galiñanes ha dotado de nueva vida a un hotel apartamento cercano a Sanxenxo (Pontevedra), con vistas a la Ría de Pontevedra y a la isla de Tambo cuyo exterior se ha revestido de elegancia gracias al granito y a la cerámica y cuyo interior alberga diez apartamentos turísticos cuidados hasta el último detalle.

El inmueble, que ocupa una superficie de 1.000 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, se encuentra enclavado en un entorno costero privilegiado, en una ubicación elevada que le permite integrarse de manera armoniosa con el paisaje circundante. El valor histórico del conjunto implicó la conservación de la volumetría y de las fachadas de las construcciones que se han unificado en un mismo inmueble.

En el exterior del Hotel en la Costa se ha empleado granito en la planta baja a modo de zócalo, mientras que el volumen principal tiene un revestimiento cerámico, de manera que se genera un contraste visual que otorga rotundidad al edificio.

El inmueble, que ocupa una superficie de 1.000 metros cuadrados, se encuentra enclavado en un entorno costero privilegiado, en una ubicación elevada que le permite integrarse de manera armoniosa con el paisaje marino circundante. El valor histórico del conjunto implicó la conservación de la volumetría y de las fachadas de las tres construcciones que se han unificado en un mismo inmueble.

“El propósito de este proyecto era revitalizar un antiguo negocio familiar, en este caso, un Hotel Apartamento frente al mar con una antigüedad de más de 50 años, el cual se encontraba inactivo en la actualidad. Con este proyecto, se buscan también dinamizar el entorno a través de este renovado servicio hotelero situado en una zona de playa con gran afluencia turística.”, afirma el arquitecto Paco Galiñanes.

La construcción original, a la que se sumaron dos ampliaciones, albergó en épocas anteriores una actividad de hospedaje. “El principal reto del proyecto fue integrar en una misma unidad la edificación original y sus añadidos, de alturas y características particulares. Debíamos unificar la comunicación entre las distintas plantas, redefiniendo una nueva escalera y un ascensor común. La superficie de partida era irregular, de manera que cada uno de los diez nuevos apartamentos tiene una configuración propia.”, comenta el arquitecto.

De hecho, la escalera es el elemento integrador que comunica los diferentes niveles, atravesando el conjunto de abajo a arriba. Además, permite la entrada de luz desde la parte superior hasta las plantas inferiores. El proyecto implicó también reforzar y consolidar la estructura original, que mostraba señas de deterioro con el paso del tiempo.

Los diez apartamentos comparten la peculiaridad de que las zonas de estar y sus terrazas se orientan mirando al mar en la fachada principal. De este modo, el retranqueo alterno de las terrazas huye de una imagen homogénea y aporta un aspecto más dinámico y doméstico al exterior.

“Hemos revestido los techos y paredes de las terrazas con azulejos con una tonalidad aguamarina que favorece la continuidad visual del mar y del paisaje hacia las estancias, conectando así interior y exterior.”, apunta Galiñanes.

Para equipar el interior de los apartamentos, el estudio ha optado por la cerámica en pavimentos y encimeras, acabados en madera en puertas, mobiliario y elementos de diseño en los baños, creando una estética actual y unos espacios atemporales y perdurables.

“El entorno natural conformado por la playa, el mar de la ría de Pontevedra y la parte inferior de una ladera orientada al sur han sido los elementos sobre los que se ha inspirado este proyecto, para resolver la integración de la construcción con estos elementos del lugar. Se han personalizado todos los detalles para generar una experiencia inmejorable en los visitantes gracias a las terrazas exteriores y a una atmósfera interior cálida y fresca.”, recalca el arquitecto.

En el interior, se ha empleado un acabado madera, por su textura, y con una tonalidad clara. El trabajo del estudio Paco Galiñanes ha abarcado no solo la arquitectura sino también el interiorismo y el diseño del mobiliario, incluyendo el de la cocina con electrodomésticos integrados, y el de los baños con lavabos suspendidos y espejos integrados y diseñados a medida.

Del mismo modo, en las habitaciones se han encargado de diseñar los cabeceros e interiores de armarios y, en el salón, el mueble de apoyo para TV. En las zonas comunes previas al acceso a los apartamentos, se ha buscado dar imagen de unidad, con un mismo diseño de las puertas de entrada a los apartamentos, en los que se integra la cartelería con una temática marinera. “El resultado es un proyecto sobrio y elegante que nos ha permitido rescatar una edificación existente, revitalizándola, otorgándole así una nueva oportunidad de servir como dinamizador del entorno que lo rodea.”, agrega Paco Galiñanes.

El edificio ha logrado certificaciones energéticas avanzadas dada su eficiencia energética a través de avanzados sistemas de climatización y acondicionamiento del interior.