La diseñadora Sara Leonor ha renovado por completo un edificio victoriano del bullicioso barrio londinense de Islington (Reino Unido) en cuya planta baja se ubica su estudio. Las tres plantas superiores del inmueble configuran el hogar de la diseñadora y de su familia.
“Llevábamos 17 años viviendo ya en este barrio cuando surgió la oportunidad de adquirir esta vivienda, en Upper Str., la calle principal de Islington. Pero la casa, por dentro, estaba destrozada, con los suelos en pendiente. Tuvimos que rehacerlo todo, incluso los suelos que separaban las diferentes plantas. Únicamente dejamos las vigas”, explica la diseñadora.
Una vez embarcados en el proceso de renovación interior de este edifico histórico, se quedó libre uno de los locales de la planta baja, en la que la diseñadora instaló Sara Leonor Studio. El proyecto integral abarcó incluso la fachada, que logró recuperar su esencial original, después de ser pintada de azul claro por anteriores propietarios. De la mano de Sara Leonor, ha vuelto a lucir su tono natural, tan habitual del paisaje urbano londinense.
El hogar
La vivienda ocupa unos 150 metros cuadrados de superficie, con 50 metros cuadrados en cada uno de sus tres niveles. En el acceso a la primera planta desde la escalera, ya se encuentra una de las piezas de la diseñadora, la silla Gogo, que comparte el recibidor con un espacio cerrado para albergar los abrigos y mantener el orden.
El espacio principal de este nivel se ha destinado a un gran salón – comedor, en el que se han aprovechado al máximo el espacio, con ingeniosas soluciones de almacenaje, detrás de paneles y debajo del sofá, de cinco metros de longitud.
En esta estancia, tanto la chimenea como la viga principal estaban protegidas por la normativa patrimonial, de manera que el diseño orbita en torno a ellas. Se quitaron techos para ganar altura. “En los espacios que diseño hay mucho color, pero, en mi propia vivienda, en el día a día, prefiero un torno más neutral. La madera, el hierro, el cemento y los tonos blancos. Y que todo estén su lugar. Optamos por aportar el colorido en los detalles decorativos, como, por ejemplo, los textiles”, recalca Sara Leonor.
Un colorido dibujo impreso sobre tela anima la estancia y sirve para cubrir la pared del salón sobre la que la familia proyecta creaciones audiovisuales. Detrás del sofá, una composición adaptada de una obra de Joan Miró enmarca la escena. Asimismo, una vitrina lateral sirve de expositor al millar de miniaturas de sillas que la diseñadora ha impreso en 3D desde 2007.
Además, buena parte del mobiliario como son las mesas de centro, las sillas y las banquetas son diseños de Sara Leonor, producidos local y artesanalmente. Tras el sofá se ubica el piano familiar y la librería y, más allá, un cuarto de baño. La terraza original se techó parcialmente, tras recibir todas las autorizaciones pertinentes, para instalar la cocina y situar toda la zona de día y los espacios compartidos en un mismo nivel.
La cocina acoge una mesa extensible de aluminio diseñada por Sander Nevejans y producido en Bélgica que, al abrirse, puede dar cabida a hasta 15 personas. Otros elementos de la cocina incluyen cuadros de Virginia Frieyro, cerámica artesanal de Nathalie Loubert y una lámpara de Norman Copenhague. Todo en la cocina está hecho a medida; incluso el suelo se ha generado a partir de corcho gris para evocar el efecto del hormigón que, técnicamente, no era viable en un edifico victoriano.
Así lo explica la diseñadora: “La casa tiene 150 años y presentaba un desnivel de 30 centímetros entre un lado y otro. Las casas victorianas se mueven y, si instalas superficies rígidas, se parten. Por eso se opta siempre por la madera, pues es un material que absorbe el movimiento de las casas antiguas”.
En la segunda planta se ubica el dormitorio infantil, en el espacio que antiguamente ocupaba la cocina. A este, se suma un cuarto de juegos y un baño compartido. Todas las estanterías están diseñadas a medida con espacios ocultos de almacenaje Las sillas, diseño de Sara Leonor, están fabricadas en hierro con acrílicos de varios colores que permiten intercambiarse y modificar su estética fácilmente.
El nivel superior alberga la habitación principal, una habitación de invitados y un tercer baño. El suelo de esta planta es el original, que fue retirado durante la renovación y, tras actualizar todas las instalaciones, se reinstaló para preservar la esencia del espacio. A los pies de la cama se encuentra una bancada que es una evolución de la icónica silla ‘Red Blue Chair’ de Gerrit Rietveld, que complementa la cama de matrimonio, de gran tamaño, y el armario de tres metros de largo. La estancia también cuenta con una pieza de la silla HI, diseñada por la propia creadora.
El estudio
La muralista y artista Victoria Poveda convirtió el estrecho pasillo da acceso tanto al estudio como a la escalera que sube a la vivienda en una explosión de color que amplía visualmente el corredor. El estudio, de diez metros cuadrados, permite a la diseñadora separar su espacio de trabajo de su hogar familiar y abrirse al barrio, a vecinos, estudiantes y potenciales clientes.
La escaparatista Rachel Thomas adaptó en el diseño del escaparate la imagen gráfica del estudio en materiales acrílicos y en 3D para dejar pasar la luz y, al mismo tiempo, aportar intimidad al interior. En su estudio, Sara Leonor cuenta con una amplia muestra de materiales, diseños de sus proyectos, planos y moodboards que aportan el colorido en un entorno principalmente neutral y adaptable.
Paneles de fieltro fonoabsorbente sobre las paredes permiten a la diseñadora fijar y retirar fácilmente todo aquello que necesita para su labor profesional. Una mesa cercana a la ventana sirve de espacio de reuniones.
Sara Leonor renueva un edificio victoriano de tres plantas en Islington (Londres)
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